El adulto mayor no deja de ser el protagonista de su historia por el simple hecho de ser mayor.
Toda persona, no importando su edad, sexo o condición, tiene el derecho a la autodeterminación. Pese a que en determinado momento de la vida esta capacidad se ve afectada. Sin embargo, no se olvidan los gustos, preferencias y apetencias manifestadas en el transcurso de la vida.
En muchas ocasiones, la persona mayor delega a sus familiares el poder de tomar decisiones a su nombre de manera voluntaria. Indudablemente, sus familiares deben encargarse de velar por este derecho, ya que, es la fuente de la felicidad y bienestar del mayor.
Sin embargo, es importante recordar que la persona mayor sigue siendo el dueño de su pasado, presente y futuro. Algunas veces, por el afán de cuidar y resguardar a los mayores, se cometen errores en la toma de decisiones en el cuidado del adulto. Dichas decisiones pueden parecer razonables y correctas teóricamente, no obstante, se deja a un lado el principio de toda decisión, la voluntad de la persona mayor.
¿Cómo ayudar al adulto mayor?
El adulto mayor no deja de ser dueño de su vida por la sencilla razón de ser mayor. Ya que es y será, hasta el último día de su vida, el verdadero protagonista de su vida. Por lo tanto, el deber de los familiares o su cuidador es respetar su autonomía y propiciarle lo necesario para ejercer dicho derecho.
Es importante explicarle al adulto, de la manera más sencilla y accesible, cada situación física, social o familiar que debe enfrentar. Darle a conocer las diferentes posibilidades de enfrentar su presente y preguntarle cómo desea enfrentar su futuro, un futuro que solo a él le pertenece.
Los familiares únicamente deben ser cómplices de su proyecto de envejecer de manera libre. Sin olvidar que la dirección, la velocidad y tiempo le corresponde al adulto mayor marcarlas.
Finalmente, la Universidad Internacional Iberoamericana de México (UNINI México) ofrece la Maestría en Gerontología Social.
