La intersección entre enfermedades crónicas y el envejecimiento cerebral es un área de creciente interés. Un reciente estudio publicado en PLOS ONE ha arrojado luz sobre una conexión crítica: la relación entre la edad al diagnóstico de diabetes tipo 2 (T2DM) y el riesgo subsecuente de desarrollar demencia. Estos hallazgos podrían transformar las estrategias de prevención y tratamiento en el campo de la gerontología.
La incidencia de la demencia
La demencia se ha convertido en un desafío significativo para la salud pública a nivel mundial, especialmente con el envejecimiento de la población. En 2021, más de 6,5 millones de estadounidenses mayores padecían demencia, con un costo total de $355 mil millones en Estados Unidos. La diabetes mellitus, que afecta al 29,2% de los adultos mayores en el país, está vinculada a un riesgo incrementado de demencia, siendo 1,43 veces más probable. Según la Federación Internacional de Diabetes, alrededor de 6,7 millones de personas de 65 años o más con diabetes también sufren de demencia a nivel mundial. Un metanálisis indica que la prevalencia de demencia en personas con diabetes de 60 años o más es del 13,5% en América del Norte y Europa, comparado con el 7,9% en el sur de Asia y el 6,7% en África subsahariana.
Aunque los países con ingresos altos presentan tasas de prevalencia más elevadas, se anticipa que el incremento será más rápido en naciones de ingresos bajos y medios debido a cambios demográficos y al aumento de la diabetes. Aunque los mecanismos exactos no están claros, se sugiere que la hiperglucemia y la resistencia a la insulina pueden afectar la patología cerebrovascular.
La diabetes tipo 2 y su prevalencia en aumento
Tradicionalmente, la diabetes es considerada como una enfermedad de adultos mayores, sin embargo, su prevalencia ha aumentado rápidamente entre los jóvenes. Globalmente, el 20% de las personas con diabetes fueron diagnosticadas antes de los 40 años. El aumento de la diabetes tipo 2 está relacionado con el incremento de la obesidad en adultos de mediana edad y mayores. Tanto la obesidad como la diabetes son factores de riesgo importantes para la demencia, ya que la inflamación, el estrés oxidativo y las enfermedades cerebrovasculares contribuyen a la disfunción neuronal.
Investigaciones recientes muestran que aquellos con diabetes tipo 2 de inicio temprano tienen peores perfiles de riesgo de demencia y mayores riesgos cardiovasculares y de mortalidad. Por lo tanto, entender mejor los factores de riesgo es crucial para desarrollar intervenciones preventivas.
Metodología del estudio
El objetivo del estudio, que se titula «Age at diagnosis of diabetes, obesity, and the risk of dementia among adult patients with type 2 diabetes», fue analizar la relación entre la edad al diagnóstico de diabetes tipo 2 y el riesgo de demencia, así como el papel moderador de la obesidad en esta relación en adultos de 50 años o más con diabetes tipo 2 previamente diagnosticada. Los datos se obtuvieron de la Encuesta de Salud y Jubilación (HRS, por sus siglas en inglés) y la Encuesta de Correo sobre Diabetes, en el cual participaron 1901 personas de Florida, Estados Unidos. Se les proporcionó kits para medir la hemoglobina glicosilada (HbA1c) con instrucciones detalladas, las muestras recolectadas fueron analizadas en un laboratorio siguiendo protocolos estandarizados y se les dio seguimiento durante 14 años.
Resultados principales
Se observó que un diagnóstico más temprano de diabetes tipo 2 está vinculado a un mayor riesgo de demencia, y que la obesidad influye en esta relación. La detección de la diabetes a mediana edad tiene un impacto más fuerte en el riesgo de demencia que la diabetes de inicio tardío, independientemente de los factores genéticos y ambientales, pero es más pronunciado en personas obesas diagnosticadas a edades más tempranas. Además, los adultos mayores sin demencia que fueron diagnosticados con diabetes tipo 2 en la mediana edad presentaron una mayor pérdida de volumen cerebral y menor función cognitiva en etapas posteriores de la vida.
La conexión entre la diabetes y la demencia
Los mecanismos que conectan un diagnóstico temprano de diabetes con la demencia no están completamente comprendidos. Se ha informado que las personas diagnosticadas más jóvenes tienen un peor control glucémico y más complicaciones vasculares. Estos individuos pueden experimentar una forma más agresiva de diabetes, con disfunción de las células beta y resistencia a la insulina. Un estudio del Registro Nacional de Diabetes de Suecia respalda esta idea, mostrando que quienes desarrollan diabetes tipo 2 más temprano presentan perfiles lipídicos adversos y un deterioro más rápido en el control glucémico.
La disfunción vascular y la resistencia a la insulina son factores de riesgo para el deterioro cognitivo. Sin embargo, en nuestro estudio, el control glucémico y el uso de insulina no alteraron significativamente la relación entre la edad al diagnóstico y la demencia, sugiriendo la presencia de otros mecanismos fisiopatológicos. El estudio también encontró que la obesidad modifica la relación entre la edad al diagnóstico y la demencia en personas con diabetes tipo 2. Aunque hay poca evidencia sobre el efecto de la obesidad en esta asociación, se ha demostrado que los cambios en el IMC afectan la relación entre diabetes y función cognitiva. Se sugiere que la obesidad no es un factor de riesgo primario para el deterioro cognitivo, pero exacerba los efectos de otros factores de riesgo cardiovascular.
Consideraciones finales
Estos hallazgos resaltan la importancia de abordar la obesidad y la diabetes mediante intervenciones preventivas, enfocándose en factores de riesgo compartidos como la resistencia a la insulina. Además, es crucial considerar la edad al diagnóstico en el manejo de la diabetes tipo 2 para prevenir la demencia. El estudio también destaca la necesidad de futuras investigaciones que exploren los mecanismos subyacentes y consideren factores adicionales como los perfiles lipídicos y la relación cintura-cadera.
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