El cerebro sufre una pérdida neuronal y afectación vascular que daña la actividad de las capacidades mentales. Estos pequeños cambios son considerados normales, ya que son efectos naturales del envejecimiento.
Lo cierto es que una gran parte de las capacidades mentales alcanzan su total rendimiento en el transcurso de la juventud; a partir de eso se experimenta un leve, pero progresivo decremento que no implica un impacto importante en la vida cotidiana.
Los cambios cognitivos que sufren las capacidades no son generales ni uniformes. Debido a que unas capacidades son más vulnerables al deterioro con la edad, mientras que otras se preservan. Las capacidades más sensibles al envejecimiento cognitivo son:
- Atención. Se sufren dificultades de concentración de manera sostenida para realizar una o varias tareas al mismo tiempo.
- Velocidad de procesamiento. Una de las capacidades más sensibles al envejecimiento es la velocidad con la que se procesa, se retiene y recupera información. Por ello, las personas mayores reaccionan más lento ante cualquier imprevisto y se tardan más en realizar tareas complicadas.
- Orientación visoespacial. Hay mayor dificultad para procesar información no verbal, lo cual complica orientarse en el espacio.
- Funciones ejecutivas. Se necesita más tiempo para comprender y solventar problemas complicados.
- Memoria. Se presentan dificultades para retener información mentalmente de manera inmediata, procesarla y trabajar con ella, tal como realizar un cálculo mental. Hay dificultades para recordar datos recientes, pero, principalmente, es difícil recordar datos, aprendizajes y recuerdos adquiridos a lo largo de la vida.
- Lenguaje. Al momento de conversar, se presentan dificultades de encontrar la palabra precisa o adecuada, es decir, no hay fluidez verbal.
Es importante señalar que la demencia no es parte del envejecimiento mental normal. Debido a que la demencia es una consecuencia de una enfermedad neurodegenerativa, tal como el Alzheimer.
El envejecimiento mental normal significa mantener la capacidad cognitiva relativamente intacta; con capacidad de desarrollar la vida cotidiana autónomamente. Mientras que la demencia implica perder progresivamente la capacidad funcional para desarrollar la vida cotidiana; hasta llegar a un punto de total dependencia de terceras personas.
La Universidad Internacional Iberoamericana de México (UNINI México) ofrece la Maestría en Gerontología Social.