El duro trabajo de México para hacer llegar a los alumnos sus libros escolares
La pandemia causada por el COVID-19 ha supuesto que muchos países se vean en la obligación de introducir cambios en el sistema educativo. Este es el caso de México, donde su presidente Andrés Manuel López, anunció que las clases se harían desde casa.
Nuevos retos
Este nuevo sistema implica que los libros lleguen a las casas de los estudiantes. Todo un desafío para las personas que realizan esta labor.
Un artículo publicado en el periódico El País sobre esta problemática, recoge una declaraciones de Antonio Meza, director de la Comisión Nacional de Libros de Texto (Conaliteg): “desarrollamos un programa intenso de sanitización de los almacenes, de los libros, de los camiones para la distribución. La dificultad que se presentó es que las escuelas están cerradas. La distribución al detalle depende fundamentalmente del apoyo del Ejército, que entra a las zonas más remotas”.
En este sentido, la movilización del Ejército, el uso de animales de carga como burros o las lanchas rápidas han sido los principales medios por los que se ha realizado esta distribución. Todo ello, con el fin de que 36 millones de alumnos de México recibieran el material necesario para aprender desde casa.
En esta misma línea, la adquisición de material escolar supone para muchas familias una gran carga económica, pero gracias a esta alternativa, se garantizará la educación de los más jóvenes. Por ello, este tipo de iniciativas abre las puertas a una educación para todos.
En este sentido, cabe destacar que la Universidad Internacional Iberoamericana (UNINI México), imparte la Maestría en Lingüística Aplicada a la Enseñanza del Inglés como Lengua Extranjera. Un programa en el que prevalece la autonomía en el aprendizaje sin descuidar la interacción constante, flexible y ajustada a las necesidad de los profesores en formación.
Fuente: El titánico trabajo de repartir 161 millones de libros escolares en México en medio de la pandemia
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