Clasificar las empresas es esencial para comprender la estructura del mercado global en la actualidad.
La economía mundial está compuesta por una gran variedad de empresas, cada una de ellas única. Sin embargo, la clasificación de empresas permite agruparlas en categorías más generales, lo que facilita el análisis y la comprensión del entorno empresarial. La clasificación de empresas se basa principalmente en dos dimensiones: el tamaño y el sector de actividad.
Clasificación por tamaño y sector
En cuanto al tamaño, las empresas suelen dividirse en microempresas, pequeñas, medianas y grandes empresas. Las microempresas tienen hasta 10 empleados y un balance anual por debajo de los 2 millones de euros. Las pequeñas empresas tienen entre 10 y 50 trabajadores y un balance anual que no supera los 10 millones de euros. Las medianas empresas tienen entre 50 y 250 trabajadores y un balance anual inferior a los 50 millones de euros. Por último, las grandes empresas cuentan con más de 250 trabajadores y generalmente tienen un balance anual superior a los 50 millones de euros.
El sector de actividad también es un criterio importante para la clasificación de las empresas. Algunas categorías sectoriales incluyen las empresas industriales, de construcción, comerciales y de servicios. Las empresas industriales están involucradas en el proceso de transformación de materias primas en productos terminados. Las empresas comerciales se dedican a la compra y venta de productos sin cambiar su forma. Las empresas de construcción se encargan de la edificación de obras. Por último, las empresas de servicios brindan servicios sin producir bienes materiales.
Otras clasificaciones de las empresas
Además de estas clasificaciones, las empresas también se pueden considerar en función de su ámbito geográfico, su carácter familiar, su titularidad y su forma jurídica. El ámbito geográfico distingue entre empresas locales, insulares, regionales, nacionales y multinacionales, dependiendo de su alcance geográfico. El carácter familiar se refiere a aquellas empresas en las que la mayoría de la propiedad pertenece a una o más familias y los miembros de la familia participan en la gestión de la empresa. La titularidad clasifica a las empresas en privadas, públicas o mixtas, según si son propiedad de particulares, administraciones públicas o combinaciones de ambos. Por último, la forma jurídica de una empresa varía según su estructura y tamaño, pudiendo ser desde empresas individuales o autónomas hasta sociedades anónimas o de responsabilidad limitada.
Cada una de estas clasificaciones tiene como objetivo facilitar la comprensión del entorno empresarial y proporcionar un marco para los análisis y estudios económicos.
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Fuente: Tipos de empresas
