El crucero más grande del mundo, conocido como Icon of the Seas, ha levantado preocupaciones sobre sus impactos ambientales.
A pesar de su imponente tamaño de 365 metros y capacidad para albergar a 7.600 personas en sus instalaciones, su traslado requiere una enorme cantidad de energía. Inicialmente se consideró utilizar baterías renovables para reducir su huella de carbono, pero esta opción resultó inviable debido a la falta de infraestructura en los puertos para cargar baterías de gran envergadura.
Como solución alternativa, el crucero utiliza gas natural licuado, que emite un 25% menos de dióxido de carbono que los combustibles convencionales. Sin embargo, las emisiones de metano provenientes de los motores de este tipo de gasolina representan un gran desafío, ya que el metano es un gas invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono y contribuye significativamente al calentamiento global.
Además de las preocupaciones asociadas a Icon of the Seas, los cruceros en general son conocidos por generar altos niveles de contaminación. Según un estudio del grupo ambiental Friends of Earth, el impacto ambiental de viajar en crucero es ocho veces mayor que viajar en avión y hospedarse en un hotel. Debido a estas preocupaciones, las ciudades como Barcelona, Ámsterdam y Venecia han establecido regulaciones para prohibir o limitar la llegada de cruceros a sus puertos.
Los cruceros no son una opción sostenible de turismo
La sostenibilidad en los viajes y el consumismo masivo se han vuelto temas de debate a raíz del uso de cruceros de esta magnitud, ya que permite que la contaminación ocurra a gran escala. Según Véronique Bussières, directora de conservación biocultural en CPAWS Quebec, los cruceros no pueden considerarse como una opción de turismo sostenible debido a la gran cantidad de combustible fósil que requieren para operar. Además, llegar a estos cruceros implica tomar un vuelo adicional, contribuyendo aún más al deterioro ambiental. Bussières sugirió que, en lugar de embarcarse en un crucero, se deberían considerar alternativas de vacaciones más respetuosas con el medio ambiente.
En conclusión, a pesar de su popularidad entre los turistas, los cruceros, incluido el Icon of the Seas, siguen planteando desafíos significativos en términos de su impacto en el medio ambiente. Para combatir el cambio climático, se requiere una adopción acelerada de energías renovables y una reinterpretación de los patrones de viaje para priorizar la sostenibilidad y la conservación ambiental.
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Icon of the Seas: el crucero más grande del mundo realiza su primer viaje