En un mundo cambiante, que enfrenta los desafíos del cambio climático y el envejecimiento de la población, es hora de reconocer la intersección fundamental entre estos dos fenómenos y su impacto en nuestra sociedad.
Un informe reciente de HelpAge destaca la necesidad de una acción climática inclusiva, que considere tanto las necesidades de las personas mayores como prioridad, como también el relevante papel que la educación y el profesorado juegan en la respuesta a este desafío global.
Hacia una acción climática inclusiva a lo largo del ciclo de vida
Desde la adopción del Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento (MIPAA, por sus siglas en inglés) en 2002, el progreso del mismo ha sido lento, especialmente en los países en desarrollo, debido a prioridades competitivas y falta de apoyo y financiamiento internacional. Uno de los desafíos clave planteados en el MIPAA parece ser el enfoque y la actitud de los gobiernos y otras instituciones hacia el envejecimiento, para no segregar de los mecanismos de producción y económicos a los adultos mayores. Sin embargo, el cambio climático afectará el cumplimiento de los objetivos establecidos por el MIPAA y requerirá un enfoque de políticas más coherente para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos para 2030.
En muchos países subdesarrollados y en vías de desarrollo, los gobiernos aún se basan en la premisa de que las familias se ocuparán de los mayores. Sin embargo, se prevé que los efectos producidos por el cambio climático podrían incluso afectar las estructuras familiares, generando múltiples impactos en los ingresos, activos, salud y seguridad; produciendo un posible redoble de esfuerzos para mantener a una familia.
Tras las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19, en las sociedades en vías de desarrollo se han dado cuenta que es esencial desarrollar nuevas políticas de envejecimiento, evaluando la naturaleza de los riesgos que pueda traer consigo el cambio climático, para preservar los derechos de salud, trabajo, vivienda, etc. para los adultos mayores, previendo un cambio ambiental global. Las políticas climáticas deben integrar plenamente la realidad del envejecimiento en su contexto determinado, buscando proteger los derechos de las personas mayores en un clima de constantes cambios, promoviendo su participación en la transición justa hacia una sociedad de baja emisión de carbono.
Integrar el envejecimiento global en el análisis climático
Existen vacíos de conocimiento sobre la intersección entre el envejecimiento global y el cambio climático. Para reducir efectivamente las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el consumo, los encargados de la formulación de políticas deben comprender mejor la interacción entre los cursos de vida individuales, los determinantes locales y los patrones de consumo. Esto implica comprender las tendencias en la demanda de bienes y servicios asociados con el envejecimiento, para evitar una falta de coordinación entre la infraestructura y la provisión de servicios y garantizar un diseño adecuado de la infraestructura que no tenga un impacto negativo en las personas mayores.
Es esencial desarrollar una comprensión más detallada de las diferencias dentro del grupo de personas mayores, ya que las personas de 60, 70, 80 años y más pueden tener patrones de comportamiento y necesidades únicas y diferentes. Por lo tanto, se debe tener en cuenta esta diversidad a la hora de diseñar políticas de acción climática sensibles al envejecimiento.
Para integrar el envejecimiento en el análisis climático, se recomiendan los siguientes cambios de política:
- Incluir el envejecimiento global como una tendencia clave en los escenarios y análisis climáticos, en los informes científicos sobre el cambio climático.
- Evaluar el impacto del envejecimiento y el cambio climático en la productividad, los ingresos fiscales y el crecimiento económico para informar sobre políticas macroeconómicas sensibles al envejecimiento y al clima.
- Mejorar la comprensión de los patrones de consumo y estilos de vida de las personas mayores, considerando las divergencias entre los diferentes grupos etarios y socioeconómicos.
- Desagregar el concepto de «envejecimiento de la población» y analizar la forma en que se traduce en cambios de estructura de edad y prioridades de políticas específicas en distintas regiones del mundo.
- Analizar el impacto del cambio climático en los escenarios de población regional en términos de fertilidad, mortalidad y migración, teniendo en cuenta todas las dimensiones de la capacidad funcional que son clave para el envejecimiento saludable.
Es imperativo abordar de manera urgente los desafíos que trae consigo el envejecimiento global y la crisis climática. Es necesario establecer políticas y marcos de acción a nivel nacional e internacional para enfrentar estos desafíos y garantizar un futuro sostenible y equitativo para todas las generaciones.
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