Numerosas empresas han aportado su granito de arena para intentar mitigar los efectos del coronavirus y continuar con el aprendizaje de los estudiantes.
Miles de colegios cerraron de forma paulatina tras la propagación del virus por el centro de Europa. Comenzó a partir de entonces una nueva forma de aprendizaje que sustituye los pupitres por las aulas virtuales.
Iniciativas educativas
Paralelamente, durante el periodo de confinamiento actual, han surgido otras iniciativas para apoyar el trabajo realizado desde las escuelas e institutos. La empresa española Lingokids, centrada en el aprendizaje de inglés para niños, ha puesto a disposición de los centros educativos un curso de inglés gratuito para realizar a través de su aplicación móvil.
También, alumnos con determinadas dificultades, como es el caso de la dislexia, encontrarán herramientas de utilidad en Internet, como por ejemplo DytectiveU. Esta herramienta “permite mejorar las habilidades de lectura y escritura mediante 42.000 juegos personalizados en función de 24 habilidades dirigidas tanto a las debilidades como a las fortalezas cognitivas”, señala el diario español El País.
Algunos impedimentos
Sin embargo, estos sistemas no están exentos de problemas. La falta de conectividad o de recursos de las familias son impedimentos en el aprendizaje del alumnado. “Es imposible que tengan una clase virtual si apenas les llega una señal 3G o si no tienen una impresora en el domicilio”, indica Gonzalo García, coordinador de tecnología para el aprendizaje en el colegio SEK Atlántico, ubicado en Galicia.
La Universidad Internacional Iberoamericana (UNINI México) imparte la Maestría en Dirección Estratégica en Telecomunicaciones en la que los alumnos conocen la necesidades de adaptar este ámbito a las diferentes demandas actuales.
Fuentes: La odisea de la educación online impuesta por el coronavirus.
Altruismo tecnológico español para hacer frente al coronavirus.
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